Y AYER LO HICE

Las historias no pertenecen sólo al que asiste a ellas o al que las inventa: una vez contadas ya son de cualquiera.
-JAVIER MARIAS-

Los que me conocéis ya sabéis lo curiosa que soy. La mayoría de días me siento como Cortocircuito o como los Cerebros de Futurama pensando “necesito mas datos”. Cuando mas aprendo mas me doy cuenta que no se nada y que quiero saber mucho mas. Y da igual de lo que se trate. Disfruto lo mismo aprendiendo por qué el cielo es rojo al atardecer que viendo una ópera o descubriendo lo que hizo un desfaenao hace millones de años. Hay tantas cosas que me fascinan que muchas veces pienso que seré incapaz de verlas todas antes de morirme, pero ayer... ayer puede tachar una de la lista. Una que llevaba allí desde mi primer año de carrera.
Como de costumbre, era algo que no me tocaba hacer pero ya os habréis dado cuenta de mi cabezoneria y de mi facilidad para colarme en las clases que no me corresponden. Aunque vaya a especializarme por medieval, el mundo de la prehistoria reciente y concretamente el mundo del megalitismo me atrapó en mi primer semestre como humanista. Tal vez fuese por la influencia de Obelix y sus menhires o tal vez por la monumentalidad de esas construcciones camufladas en medio del campo y las manifestaciones artísticas que los acompañaran, pero lo que tenia claro desde hace años era que yo quería entrar en un dolmen. Quería recorrer sus largos y misteriosos pasillos, atravesar sus distintas cámaras, sentirme pequeña entre sus grandes bloques de piedra, y ayer lo hice. Ayer visité los Dólmenes y el Tholos de Antequera, uno de los principales conjuntos megalíticos de toda Europa (y no exagero) y no os podéis ni imaginar la satisfacción que sentí al poder cumplir uno de mis sueños, mas cuando la visita la haces con un profe que es uno de los arqueólogos que trabaja allí, que te explica hasta los detalles mas absurdos, que te permite entrar donde los demás no pueden y que te enseña todas las instalaciones donde realizan las investigaciones. INDESCRIPTIBLE.
El remate de la excursión vino cuando en el centro de recepción nos dieron unos regalos. Esa es una de las grandes ventajas que tiene estudiar arqueología y visitar los yacimientos con los arqueólogos. Al ser pocos y bien acompañados, siempre nos dan algún regalo y yo ayer que me debatía entre cual de los tres pósters comprarme, me lleve los tres gratis a casa. Es una cosa un tanto extraña, porque tu entras allí y
- hola! Vengo con el master de arqueología
- ah! Toma un póster y un folleto
- Quería saber donde esta el baño
- Toma un póster.
- Soy el terror que aletea en la noche.....
- Toma un póster.
- Yo soy tu padre
- Toma un póster.
- Me da un bolsa para tanto póster?
- Si, toma un póster.
Después del reparto de los 21 pósters que nos dieron en total, la mayoría se volvieron a Granada porque tenia prisa, pero el profesor, Anabel y yo aun nos quedamos a dar una vuelta por el pueblo para conocerlo. El día era totalmente primaveral. El sol resplandecía sobre nuestras cabezas al pasear por una escondida plaza en lo alto del pueblo, bajo la alcazaba, y nuestros estómagos rugían muertos de hambre. Bueno....hasta las seis no teníamos porque estar de vuelta así que ¿por qué no disfrutar de una cerveza y unos platos de gastronomía típica antequerana contemplando el paisaje mientras a lo lejos se escuchaba una emisora de radio de música andaluza?