29 de noviembre de 2014

Desorden mental

"Todo está por descubrirse. Pensar que lo conocemos todo es un cuento."
-Eduardo Chillida-

Hace mucho que no escribo y es por ello que las ideas de todo lo ocurrido se arremolinan en mi mente chocando unas contras ansiosas por salir cual dibujos animados tratando de huir de una catastrofe. No hay orden, no hay conexión, solo imagenes. Imagenes de mi descubriendo en tours guiados callejones medievales ocultos tras los rascacielos mas famosos de Londres o manos escondidas bajo alfombras en murales pictoricos en Greenwich. Recuerdos de uno de los teatros donde Shakespeare ensayaba en sus inicios, de lugares que inspiraron a Charles Dickens y de cien desconocidos tratando de ganar en una busqueda del tesoro por el British Museum.

 Las historias sobre nacimientos de reyes y partidos de cricket entre marineros que perdieron un brazo y los que perdieron una pierna, se mezclan con los sonidos de fonética que aprendo en mis nuevas clases de inglés y que consiguen salir de nuestras bocas haciendo gestos exagerados con nuestras cabezas y manos mientras el profesor dice "That's correct!!" y pone una mueca.
Y en medio de todo ello se me aparecen pequeños lugares con encanto descubiertos en mis largos paseos entre bocas de metro y trenes. Calles enteras de casas centenarias adosadas que todavian conservan sobre las puertas los nombres de las familias que vivieron en ellas; pequeños mercados donde aromas de todas las culturas se mezclan trasportandote a lugares exoticos del mundo; pequeños parques escondidos entre las calles; decoraciones navideñas por doquier; y mucha, mucha gente. Gente nueva que conoces en las clases o los tours; gente amontonandose en el metro y no dejandote entrar; gente vestida de modo muy dispar (y a veces extravagante) que pasa desapercibida entre mares de mas gente. Es más, por ver hasta he visto a un hombre de mediana edad probarse un jersei navideño de renos sin que su madre le obligue a ello. 


Definitivamente Londres es otro mundo.....pero es un mundo digno de descubrir.


6 de noviembre de 2014

Dos ovejas en Dublin

"Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos."
 -Fernando Pessoa-

Érase una vez dos amigos.
Érase una vez dos amigos que se fueron a vivir a Dublin y Londres.
Érase una vez dos amigos que se fueron a vivir a Dublin y Londres y a los cuales les regalaron una oveja de peluche a cada uno.
Érase una vez un frio y lluvioso mes de octubre de Dublin.
Érase una vez dos ovejas en Dublín.
Érase una vez dos ovejas en el Spire, en el Trinity College, en la estatua de Molly Malone, en el ayuntamiento de Dublin, en su castillo, en la Chester Beatty Library, en el Temple Bar cenando a las 5 con música en directo, en un pub la noche de micro abierto.

Érase una vez dos amigos en Howth atravesando bosques, viendo castillos, contando historias de piratas, de amores imposibles en dolmenes, de puertas mágicas entre árboles, comiendo junto a un calido fuego, paseando por acantilados en los que los faros se ocultan tras una espesa niebla, viendo peliculas antiguas compartiendo una mantita.


Érase una vez dos amigos paseando por el Phoenix Park persiguiendo ciervos, buscando dos catedrales, repartiendo caramelos a niños disfrazados la noche de Halloween, caminado bajo la lluvia hasta un pasaje del terror, viendo fuegos artificiales lanzados desde una edificios del que salen llamaradas, caminando en una gélida noche en busca de comida, tomando unas birras en un pub lleno de gente disfrazada y con una improvisación del fantasma de la ópera.


Érase una vez cuatro días inolvidables.
Érase una vez Miguel y Belén.