26 de abril de 2012

Puede tener su intringulis

 "Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer"
-Antoine de Saint Exupery-

Muy bien, ya es definitivo: o estoy poseída o tengo un fantasma en mi coche. Y la verdad, es que no se cual de las dos opciones me gusta más.
Llevo tiempo observando que muchas de las veces que subo mi coche tengo la sensación de que alguien lo hubiese cogido. En realidad tampoco es eso, porque mi asiento está siempre igual. Realmente lo que noto es como si alguien hubiese trasteado con las cosas de dentro: los muñecos, espejos, asientos,  radio, cintas (si mis queridos lectores, mi coche todavía funciona con cintas de esas que hacían que el boli Bic fuese tu máximo aliado). El colmo ha sido que después de encontrarme ayer un asiento totalmente movido hacia adelante, de forma que tan solo un liliputiense iría cómodo, hoy, tras dejarlo aparcado durante una hora, he vuelto y la radio estaba en una frecuencia  que no era la habitual y, tan solo, se oía ruido con alguna cacofonía de fondo. Que diréis "seguro que lo has cambiado sin querer", pero siento decepcionaros porque ello solo se puede hacer tocando el botón más diminuto, del rincón más recóndito de la radio. Y que conste que esto lo sé porque me he tirao 5 minutos buscando como arreglarlo después de cerciorarme de que mi radio no estaba poseíada por la niña del exorcista a causa del robo de la antena.
Es por ello que ahora mismo me debato entre las dos opciones anteriormente expuestas para darle una explicación científica a lo que me está ocurriendo. Por una parte, el hecho de estar poseída y hacer cosas sin ser consciente de mis actos me parece hasta gracioso siempre y cuando
a) esté poseía por alguien guay en plan: un pirata patapalo con parche en el ojo y loro en el hombro; un mago de Griffindor; un científico loco capaz de viajar en el continuo espacio-tiempo; un Perry el ornitorrinco; una yo de un universo paralelo...
b) no se dedique a hacer cosas que me causen problemas con la justicia (porque si algo aprendimos de Spiderman es que "todo poder conlleva una gran responsabilidad") sino que me lleve a Nunca Jamás, me ayude a encontrar un gran tesoro, a dominar el mundo, a entrar en Narnia...
Por otro lado, tener un fantasma en el coche también puede tener su intríngulis. No se, me entran hasta ganas de llamar al exorcista o a los cazafantasmas, no por echarlo del vehículo, sino solo por el hecho de averiguar quien es. Porque seamos serios "dos es compañía", así que la idea de que alguien venga conmigo mientras viajo y comparta  los bailoteos y karaokes que me monto dentro del coche me parece bastante simpático, pero.... ¡que se muestre! ¡que no juegue al escondite y a ponerlo todo patas pa' arriba! Si yo no tengo prejuicios, me da igual quien sea: Groucho Marx, Albert Einstein, Yuppi, Alejandro Magno, Cleopatra... ya veis, cualquiera.
De todos modos, después de echarme la siesta casi todos los dias teniendo de fondo la seríe entre fantasmas, cada vez cobra más fuerza la idea de que ambas hipótesis converjan en una misma solución de modo que exista una presencia sobrenatural dentro de mi coche que cuando se aburra de trastear decida poseerme, asi que preparaos porque como tenga unas ideas tan descabelladas como las mías.....¡apañaos vais!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Yo ya te conté mis locuras, ahora cuentame tú las tuyas.