11 de abril de 2012

Y eso...

"Quiero mirar a la cara del peligro. Quiero reirme del destino una vez más". 
-I.Kaibel-

Hay una película que dice que "las bicicletas son para el verano" pero yo la gasto todo el año. No se, me parece ecológico, saludable y sobre todo una forma increíble de vivir aventuras. Porque no nos engañemos, aquí en España ni los peatones ni los coches están aun muy acostumbrados a los ciclistas y eso le da un poquillo de emoción. No se, es como sentirse en un videojuego. Y como en todo videojuego que se precie uno puede elegir vehículo y tuneárselo. Yo ultimamente y para distancias cortas he optado por unas verdecitas con cestita muy monas que mi ayuntamiento pone a disposición de sus ciudadanos. Así que primero elijo una que este en condiciones. Luego le pongo el sillín a mi altura, lo cual me hace pensar que vivo en Liliput y yo soy Gullivert. Y después, me lanzo a vivir preciosas aventuras mientras me pregunto por qué no aprendí nunca a rezar el Rosario, pues seguro que me habría sido de gran ayuda para no tener tan mala suerte.
De momento en esta última semana me ha tocado: una que parecía que llevase un gato atrapado entre sus ruedas; otra a la que cada 50 metros se le bajaba el sillin haciéndome parecer una gigante en triciclo; alguna con los frenos en marcha de serie (lo cual hacia que mis posaderas se pusiesen más prietas) y otra con frenos puramente decorativos.
Pero sin lugar a dudas la mejor ha sido hoy. En principio parecía una buena bici: frenos OK, sillín OK, timbre OK, ruidos extraños OK... Pero la sorpresa no ha tardado en desvelarse: dirección del manillar FAIL. Y eso, cuando vas por un carril bici construido sobre las raices de poderosos árboles que parecen intentar salir del suelo y echar a andar no es fácil. Y eso, cuando vas por un carril bici que los adolescentes gastan para tontear-gritar-hacerse la puñeta no es seguro, ni para ellos....ni para ti. Y eso, cuando tres abuelos sordos van zozobrando por la poca acera que queda e invadiendo el carril bici, eso, eso, eso...Aún no entiendo como no hubos heridos. Mejor dicho, aún no se como sigo viva porque ellos ni se enteraron del timbre ni se percataron de que una loca les sobrepasó con la cara descompuesta, los ojos ojipláticos, los pies fuera de los pedales tras salir volando al pillar una de las raices de los árobles y, el manillar....¡¡y yo que se hacia donde apuntaba el manillar!!

2 comentarios:

  1. No estás sola, el bicicas lo sufrimos todos jeje

    Para mi lo más peligroso es ir a la universidad y llegar al puente que cruza el rio seco. Ese carril bici de 1'5m de ancho para los dos sentidos. A medio metro de la carretera y con un torrente incesante de estudiantes que transitan en ambas direcciones.

    Me ha gustado mucho el artículo.

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  2. Yo estoy convencida que si ahora las han puesto de pago es para cobrarnos cual atracción de feria por las innumerables anecdotas y aventuras que nos proporcionan jajajaja.

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Yo ya te conté mis locuras, ahora cuentame tú las tuyas.