16 de octubre de 2014

A ver a dónde nos llevan las cosas

"La irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupos son elementos esenciales y característicos de la belleza"
- Charles Boudelaire- 

El domingo tuve uno de esos días en los que, aunque todo sale del revés, acaba saliendo bien. Para empezar, no me sonó el despertador así que acabe levantándome tarde. Bueno, tarde lo que se dice tarde... a las 8.30 a.m. pero es lo que en esta casa se entiende como tarde ya que los niños se levantan por propia voluntad (y en contra de la del resto de sus habitantes) sobre las 6 a.m. por, quiero pensar yo, ansias y emoción de vivir la vida. Si no son esas las razones seguro que es por venganza o algo parecido porque a esas horas miras por la ventana y el gallo aun está, con legañas en los ojos, bebiéndose su café matutino antes de empezar su labor como despertador. El caso es que cuando salí de mi habitación hacia horas que su día había empezado por lo que habían tenido tiempo de hacer muuuchas cosas. En consecuencia el día me recibió con un dibujo como regalo por parte de la niña y un plato de desayuno con tortitas y una notita deseandome los buenos días ¡me encanta! Creo que igual convierto lo de que se me peguen las sabanas en una costumbre si siempre va a ser así.

Después decidí ir al centro a comprar unas cosillas de ropa que me hacían falta y, por no repetir sitios, pregunté en casa por alguna zona distinta a Oxford Street y me recomendaron los alrededores de Angel. ¡Perfecto! Llegaba la misma linea de metro solo que, dado que en un determinado momento se bifurca, tenia que coger el metro en dirección Londres vía Bank. Y ya que disponía de tiempo decidí ir a una estacionde salida distinta de metro por el hecho de conocer mejor el área en el que vivo (tengo dos cercanas y a ambas tardo unos 25 minutos) ¡Dicho y hecho!  Busco como llegar a la estación de metro desde casa, lo apunto en un papel, tiro a caminar y a los 10 minutos...."¡me he perdido!¡esta calle no va pa donde yo quiero! Bueno, vamos a mirar en el google maps del móvil....¡porras!¡el móvil!¡me lo he dejado en casa!". ¿Solución? Media vuelta y a caminar hasta la estación de siempre. A mi favor diré que no me había perdido, pero algo chungo le pasaba a mi cerebro esa mañana y no coordinaba y si no me creéis seguir leyendo.

Cuando casi 40 minutos después llegué a la estación estaba punto de salir mi metro así que rauda y veloz me metí en el. Mi intención, como ya os he dicho era coger la Northerline dirección Londres vía Bank y llegar a Angel, pero lo que realmente ocurrió es que llegué a Oxford Street que es cogiendo la Northerline dirección Londres vía Charing Cross. ¿Que cómo ocurrió? Seguro que pensáis que me equivoque de metro pero ¡¡¡noooo!!! De nuevo mi cerebro me jugó una mala pasada. Cogí el metro adecuado, me relaje porque sabía que el trayecto era de 30 minutos y de repente me dió la paranoia y pensé "¡me he equivocao!¡no he cogido el que tocaba!". Así que miré donde podría hacer transbordo y lo hice: Si supieses lo orgullosa que me sentí de mi misma cuando me aclaré sin ningún problema a hacer el trasbordo....Y si supieseis lo estúpida que me sentí cuando salí del metro a la calle y al observar mi entorno recordé que no era ahí donde quería ir.....

No obstante conseguí mi objetivo que era comprar unos zapatos y unos pantalones. Bueno, realmente no lo cumplí porque acabe comprándome una falda. Pero... ¿que queréis que os diga? obviamente ayer mi cerebro era un espíritu independiente a mi voluntad y además aquí tienen toda clase de complementos para ir divina de la muerte con vestidos y faldas e ir supercalentita así que decidí sucumbir a la moda londinense. Todo lo que puedo decir es que a veces es bueno no pensar y simplemente dejarse llevar para ver a donde nos llevan las cosas. A mi concretamente me llevo a encontrarme con esto :)

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